lunes, 12 de octubre de 2009

MI AVENTURA DE SER DOCENTE


Recuerdo muy bien, como si hubiera sucedido ayer; sucedió en la sala de navegación del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar de Salina Cruz Oax. en agosto de1980, cuando el Capitán Joaquín Borda Avilez, responsable de dar capacitación a los patrones de pesca de todas las Sociedades Cooperativas Pesqueras de Salina Cruz, en aquella época; que me solicitó que lo apoyara para impartir un Curso de Navegación Costera y de Altura a un grupo de Patrones de Pesca de Litoral, con cierta inseguridad, como era de esperarse; yo acepte, y le dije al Capitán Joaquín Borda; que yo no podría enseñarles nada a personas tan experimentadas como lo eran los Patrones de Pesca de Litoral, pero él, insistió, dijo que yo conocía muchas cosas que ellos no sabían y que por eso la Secretaria de Comunicaciones y Transporte les estaba exigiendo que se capacitaran. Para no hacérselas tan larga, la cosa es que acepte. Imagínenme el primer día, un chico de 21 años enfrente de un grupo de 30 señores de 45, 50 y hasta de 60 o 65 años de edad, con toda una vida de experiencia de andar navegando y dirigiendo barcos camaroneros; créanme, cuado acepté, nunca me imagine que fuera a enfrentarme con personas tan grandes de edad y con tanta experiencia en lo que según yo les iba a enseñar; pero en fin, ya estaba yo ahí parado enfrente de todos ellos, que me miraban incrédulos; como diciendo, y este chamaco que nos puede enseñar; algunos comentarios fueron en relación a que, yo no tendría nada que enseñarles, y pues había que empezar, y me acorde de un dicho muy popular, que decía – que al toro hay que tomarlo por los cuernos- y es lo que hice, les confieso estaba temblando y empapado en un sudor frío, no se de donde tome el valor necesario y comencé, diciendo; --Señores muy buenos días, yo soy la persona que la Secretaria de Comunicaciones contrato para impartirles este interesante curso de Navegación Costeras y de Altura, reconozco, que probablemente no tenga mucho que enseñarles, porque ustedes tienen toda una vida llevando a la practica muchos conceptos que aquí vamos a darles a conocer, pero quiero que sepan que yo estoy aquí mas en la calidad de aprender mucho de ustedes y compartir los conocimientos que yo he tenido la oportunidad de aprender en la escuela, respecto al campo de la navegación, que con toda seguridad les serán útiles para aprobar el examen que la Secretaria de Comunicaciones les presentará para que les puedan dar sus próximos asensos-- estas palabras, creo que fueron las que permitieron que yo concluyera favorablemente el curso, algunos desertaron, pero la mayoría concluyeron. Pero como dice José M. Esteve, al inicio me temblaron las piernas , sude frío, sentía que el material que llevaba preparado para el día, se me terminaría muy pronto y luego que les iba a decir, sentí inseguridad, demasiado nerviosismo; así que no me quedaba otra alternativa que fingir una seguridad que estaba muy lejos de ser verdad, constantemente tenia la sensación de estar equivocado ante tantas interrogantes que me planteaban; yo creo que lo hacían para probar mi preparación, me preocupaba mucho cuando algunos al contestarles ya no me hablaban mas del tema, me preocupaba pensar que tal vez no les había contestado correctamente, y que mejor preferían guardar silencio, y asistir al curso solo por cubrir el requisito que les pedía la Secretaria de Comunicaciones y Transporte para poder obtener sus documentos que ellos necesitaban para poder ejercer sus oficios a bordo de las embarcaciones.
Otra experiencia similar pero distinta en contexto, la viví en septiembre de 1981, en el CETMAR de Puerto Madero Chiapas al enfrentarme a un grupo de 55 jóvenes, que me tocó impartirles la asignatura de Introducción al Mundo Marino, que en aquel entonces se impartía a los estudiantes de nuevo ingreso al sistema de Ciencia y Tecnología del Mar; en esta ocasión, con jóvenes de 17 a 22 años de edad; pero, créanme… mas complicados que el primer grupo que Dios puso en mi camino, y saben porqué; porque los primeros no eran necios, yo pienso que por la misma experiencia que la vida ya les había proporcionado, sin embargo los integrantes de este grupo eran necios y rebeldes, muy inquietos era muy difícil mantenerlos quietos, pronto se aburrían de mis largas explicaciones y largas horas de dictado; experimenté exactamente lo mismo que con el grupo anterior , pero ahora con mas angustia y desesperación, porque no se trataba solo de un curso de quince días sino de todo un semestre; pero en ese entonces yo no conocía ninguna estrategia diferente de cómo enfrentarlos; mas que las que había aprendido de mis profesores, pero con el paso del tiempo esto se fue acabando, poco a poco fui transformando mi quehacer docente, hasta cobrar una seguridad que solo te la da los años de experiencia y el deseo profundo de hacer mejor las cosas y el dominio de los contenidos que se tienen que compartir con los jóvenes; como, acertadamente lo postula José M Esteve en su escrito “La Aventura de ser maestro”

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